"Empecé el viaje con mucho dolor y desazón… No tardó en llegar la primera estación del recorrido y al finalizar, yo ya estaba segura de haber elegido un camino tan distinto como desafiante y transformador.”
“Viaje de siembra, de sanación de nuestro útero, de echar nuevas raíces sanas y fuertes. … Tiempo de tejer, dibujar, volverme poeta y de compartir hermosamente con otras mujeres. … Un hermoso viaje hacia mí misma, hacia todas mis mujeres, hacia mis compañeras-mujeres de viaje con las cuales compartí sanadores momentos.”-
“Pude caminarme y reencontrarme. … Volver a ver mi ser en cuerpo y alma, en armonía con los colores del universo, fue infinito; bello y desafiante para encontrar la alegría.”
“Es volver al reencuentro con lo que alguna vez quedó tapado, cerrado y protegido, para animarme a abrirlo… Correr ese velo y adentrarme en mi verdadera naturaleza, ya sin presionarme a hacer y hacer, sino a simplemente SER en red con la mirada cariñosa y atenta del grupo de mujeres.”-
Algo dentro de mí se encendió. No sabía cómo nombrarlo, pero lo sentí. En cada encuentro, fui reconociendo mis propias fuerzas, mi historia y mi valor. Hoy me siento más en casa dentro de mí." -
"Es un viaje profundo, no siempre fácil, pero completamente transformador. Cada encuentro fue un paso hacia la mujer que soy hoy."
Todo en la Naturaleza es movimiento, transformación, ciclo. En todo lo vivo hay una matriz. Eso mismo es MATRICARIA. La raíz y el vuelo. La tierra fértil y el viento que impulsa. Como la Matricaria Chamomilla, la humilde manzanilla, una sanadora ancestral que envuelve con suavidad y fortalece desde dentro. Su nombre proviene de matrix, la matriz, el útero, el centro donde todo comienza. Como el círculo y la espiral, los símbolos culturales del sagrado femenino. El círculo que sostiene, la espiral que nos recuerda que avanzar no es una línea recta, sino un movimiento de ida y vuelta, un retorno continuo al origen.
El viaje hacia adentro para renacer desde la propia verdad.
Si sentís que te perdiste en el camino… Si hay heridas que piden ser miradas… Si algo adentro busca renacer…
Durante años, creí que la mente era el único refugio seguro. Me aferré a la racionalidad, al conocimiento, al constante hacer.
En el fondo, algo en mí se rompía. Mi cuerpo estaba siendo un eco lejano; mi intuición, apenas un susurro.
Hasta que la vida me detuvo. De golpe, sin aviso. Y en medio de esa caída, cuando todo parecía escombro, algo más profundo habló en mí: “es por acá”.
Desde entonces, mi camino ha sido el de volver.
Volver a la piel, a la emoción, a la sabiduría de lo femenino esencial. La Gestalt, las constelaciones, la astrología, la Rueda Medicina… fueron puertas que se abrieron para enseñarme a habitarme de nuevo.
Hoy, a través de Matricaria, acompaño a otras mujeres en ese mismo viaje: el regreso a sí mismas.
Que este espacio sea un abrazo, un fuego encendido, un hilo que te guíe de vuelta a casa.
Hemos venido a sabernos fértiles, dadoras de todas las formas de vida en las que la Vida se despliega. Y estamos aquí, juntas, para recuperar la voz del SAGRADO FEMENINO en la Tierra, de manera auténtica y plena.
¿Resueno con vos? Vamos juntas al encuentro de la sabiduría que nace de tu profunda intuición, del contacto con las emociones que te habitan y de un encuentro auténtico con el saber del cuerpo.
Gracias, y bienvenida a la fuerza de tu propio despliegue.
Estás en el primer paso
Porque a veces necesitamos una chispa, una palabra que nos despierte, un eco que nos recuerde lo que ya habita en nosotras. Leé, sentí, escuchate...
Dejá que estas palabras te encuentren.
Este camino no es una fórmula. No hay respuestas impuestas. Solo senderos que se abren. Y que se bifurcan según la dirección de cada mujer que los camina.
Pero todos conducen al mismo punto central El propio viaje de regreso a casa. A lo simple. A lo esencial. A tu propio pulso.
Te invito a caminarlo juntas.
-Adri Mendes Rosa-
